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"Tecnología y Humanización: El nuevo tejido social"

  • 13 feb 2024
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 1 mar 2024

Revisa la publicación en El Desconcierto /


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En el enredado escenario de nuestra era digital, nos enfrentamos a una dualidad tecnológica presente tanto en la inmensidad del potencial para el progreso y la conexión humana como en sus desafíos y riesgos, todos hechos que nos llevan a replantearnos valores sociales y éticos. La era tecnológica actual, fértil para el desarrollo, exige una siembra consciente entre oportunidades y peligros.

 

Los desafíos son claros: desde la brecha digital y los dilemas sobre la privacidad hasta el embate de la desinformación e infoxicación. No obstante, las oportunidades son igualmente prometedoras, ofreciendo nuevos caminos para conectar a las personas con causas importantes, democratizar, dinamizar la financiación y promover una gestión ambiental eficiente.

 

Lo esencial: estar atentos a los peligros de una dependencia tecnológica excesiva, tales como el ciberacoso y la vulnerabilidad de nuestros datos. No olvidemos que la tecnología, siendo neutral, tiene un impacto real definido por su uso y propósito.

 

Por ejemplo, al reflexionar sobre requerimientos del impacto de las plataformas digitales en el voluntariado, la sostenibilidad y la gestión de residuos, observamos cómo se están marcando las diferencias significativas.

 

Algunos casos: Algramo, que promueve la venta de productos a granel para reducir el uso de plásticos; EnvuelBee, con sus cubiertas de alimentos sostenibles; EcoEngranaje, reciclaje para eventos masivos; Idea-tec, innovación para el reciclado del plumavit.

 

Todas iniciativas que demuestran la capacidad de la tecnología para impulsar un cambio cultural hacia una sociedad más sostenible y responsable y lo crucial que es considerar cómo las tecnologías pueden aumentar el capital social y fortalecer la democracia.

 

Así, mediante la promoción de plataformas participativas y sistemas transparentes, la tecnología hoy intensifica la cooperación y la confianza entre individuos y comunidades, gestos esenciales para robustecer nuestras instituciones democráticas.

 

Mientras que, desde la sociedad, es momento de preguntarnos cómo podemos utilizar estas innovaciones para mejorar el bienestar colectivo.

 

Se trata de una invitación abierta a explorar estas plataformas y considerar cómo cada uno puede contribuir al cambio, así como a los innovadores tecnológicos para que continúen alineando sus productos con los objetivos sociales y medioambientales de la nueva institucionalidad.

 

Un objetivo que reafirmamos y en el que trabajamos diariamente para informar sobre el poder de la tecnología para generar el bien. Invitamos, a seguir esta columna en nuestro blog y revisarla en EL Desconcierto, a todos los que están por la vía del diálogo transformador y el uso de la tecnología para impactar positivamente en el mundo.

 

Nota de autor: Esta columna se inspira en ejemplos actuales de cómo la tecnología lidera el camino hacia un cambio social significativo, actuando como una fuerza para el bien común.

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